Gran alegría la que nos dieron los mayores el sábado. Ganamos al campeón de la liga de los últimos tres años, y lo más importante fue que lo hicimos a lo grande, con una apuesta clara por ofrecer buen baloncesto, con un juego valiente, con una defensa arriesgada y con un espíritu envidiable.
El partido empezó bien para los nuestros, con rápidas transiciones que eran resueltas con solvencia por nuestros aleros Daniel Hidalgo y Antonio Barrena que junto a los dos triples cosechados por Daniel Brioa hicieron que el marcador se disparase a nuestro favor en el primer cuarto.
En el segundo cuarto el equipo visitante consiguió recomponerse y a base de una defensa asfixiante y de unos rapidísimos contraataques logró llegar al descanso con el partido igualado. Destacar en este período la buena dirección de nuestro viejo conocido Chema Santos.
La segunda parte fue una de la mejores que se ha visto últimamente en nuestro viejo y querido pabellón de Las Palmeras. Dos equipos defendiendo con gran dureza en uno contra uno (se agradece descansar un poco de la mítica defensa en zona) y atacando con transiciones y contraataques. El marcador bailaba continuamente a favor de uno y otro equipo y no fue hasta el último instante cuando pareció decantarse por los visitante consiguiendo una ventaja de cuatro puntos. Pero en ese instante apareció la garra y el carácter del BCB que unido a la genialidad de Bruno Rabadán hicieron posible ganar cuatro años después al equipo placentino.
Ahora sabemos que este año aspiramos a todo, que trabajando como lo estamos haciendo somos un claro aspirante a los dos títulos en juego (Copa y Liga), pero también sabemos que es pronto todavía, que somos jóvenes y que lo más difícil en esta categoría es mantener la regularidad hasta el final. Felicidades a Moncho por la gran labor que sabemos está realizando y a todo el equipo que está demostrando con su actitud el tipo de personas con las que contamos este año.