Una vida al límite, exprimiendo los excesos hasta las últimas consecuencias, esa es una manera de vivir que ha distinguido a Dennis Rodman, también uno de los mejores jugadores defensivos en la historia de la NBA.
Al oriundo de Trenton, New Jersey (13 de mayo, 1960) le llegaron a vaticinar que moriría apenas llegara a los 40 años de edad, hoy cumple 61 y… como en su época de mayor lucimiento, la vida sigue sin preocuparle: “Me sorprende que todavía estoy vivo; mucha gente pensó que estaría muerto a los 40, 45, 50, 55, cumplí 60 y dije, ‘wow, todavía estoy aquí’. Alguien tiene una mano en mi hombro y dice que me queda mucho para cumplir con algo dedicado a la gente de todo el mundo”, declaró para SVN 7News.
Por lo pronto, Dennis tiene lista una gran celebración para su cumpleaños 61 en un club de Miami, Florida, donde este viernes se presentarán un grupo de DJ´s para festejarlo.
El camino de Rodman ha sido de todo menos sencillo. A los tres años sufrió el abandono de su padre, Philander, un piloto que se marchó a Filipinas para asentarse, quedando el hijo a cargo de su madre Shirley, quien tuvo que realizar varios trabajos para mantener además a Debra y Kim.
Curiosamente, Debra y Kim tuvieron mucho que ver en la personalidad de Dennis, pues él mismo ha recordado que desde pequeño lo vestían con ropa de mujer, lo maquillaban y lo sacaban a pasear por el vecindario; era un niño tímido, habitualmente golpeado en la escuela, hasta que en la juventud se volvió un portento físico de 2.07 metros.
Con sus nuevas aptitudes físicas tomó la decisión que le cambió la vida: tomarse en serio el basquetbol, al destacarse con la Estatal del Sur de Oklahoma, estado en el que residió tras ser ‘adoptado’ por una familia anglosajona Rich.
Sus buenas actuaciones colegiales llamaron la atención de los Detroit Pistons, conjunto liderado por el mítico coach Chuck Daly, quien vio en The Worm (El Gusano) a la pieza ideal para complementar a sus Bad Boys, siendo elegido en el Draft de 1986.
Rodeado de figuras como Isaiah Thomas, Bill Laimbeer o Joe Dumars, Rodman sacó a relucir sus virtudes defensivas, amparado por el juego ríspido de los Pistons, que tuvieron que llevar al límite el reglamento para pelear ante unos Boston Celtics dominantes con Larry Bird a la cabeza, o los Chicago Bulls de un joven Michael Jordan, a quien le hicieron la vida imposible durante la década de los 80.
Con Detroit supo ser campeón de la NBA en dos ocasiones consecutivas, superando ampliamente a Los Angeles Lakers y Portland Trail Blazers, pero su historia con los Pistons terminó en 1993, cuando lo encontraron dormido a bordo de su camioneta y con un rifle cargado.
Tiempo después Dennis confesó que esa noche solo ‘mató al Dennis que intentaba agradar a todo el mundo”; otro factor, aunque menor, fue que escuchó música de la banda de grunge ‘Pearl Jam’, lo que lo hizo reflexionar. Rodman forjaría una gran amistad con los miembros de la agrupación.
Fuera de Detroit y ahora con San Antonio Spurs, Dennis se comenzó a exhibir en su versión más estrafalaria, primero apareciendo con la cabellera teñida de rubio, inspirado por el look del actor Wesley Snipes en la cinta ‘Demolition Man’; a partir de entonces utilizó su pelo como experimento con nuevos tintes cada noche y, en ocasiones, como plataforma para enviar mensajes, como su apoyo a los enfermos de VIH.
Pero no se limitó y recordando su infancia comenzó a lucir atrevidos atuendos, maquillaje, ropa de mujer y una sexualidad potencializada, que lo mismo le hacía confesar sus fantasías con hombres y sus amoríos con mujeres trans.
Llegó a vestirse de novia para publicitar un libro autobiográfico, sorprendiendo al declarar que ‘se había casado consigo mismo’, despertando la expectación entre los asistentes; toda una vorágine de experimentos, mientras los tabloides recordaban la lucha por la custodia de una hija nacida en 1987, así como su fugaz romance con Madonna, la estrella mundial del pop que, según cuentan, le ofreció millones de dólares por dejarla embarazada, algo a lo que Dennis no accedió.
Los titulares no le intimidaban e incluso incursionó en la industria del cine, siendo la cinta ‘Double Team’ su actuación más recordada como escudero de Jean-Claude Van Damme.
Mientras se hablaba más de su vida fuera de las canchas, en Chicago, el entrenador Phil Jackson había encontrado al hombre que ayudaría a Michael Jordan y Scottie Pippen a retomar el dominio de la NBA.
Fichado en 1995, Dennis, The Menace, encajó en el sistema de los Bulls para hacer el trabajo sucio, convirtiéndose en el mejor reboteador de todos los tiempos para devolver la bola a Jordan o Pippen, quienes harían el resto, aunque en las calles su reputación no mejoraba, pues se le recuerdan varios arrestos por conducir en estado de ebriedad, así como por las constantes quejas de sus vecinos por el ruido excesivo proveniente de su casa.
Pero la exagerada ética laboral de Jordan no bastaba para mantener encauzado a un Rodman que disfrutaba los reflectores, con la espectacular Carmen Electra como su fugaz esposa (quien más tarde revelaría sus maratónicas jornadas sexuales en las instalaciones de los Bulls), además de sus impulsivas decisiones, como aquella vez en la que tomó un vuelo en medio de las Finales de la NBA para aparecer junto a Hulk Hogan como miembro de la facción nWo de WCW, la empresa de lucha libre que hizo temblar a la WWE en los noventa.
Pese a todo, fue un factor clave para la consecución del segundo triplete de los Chicago Bulls, aunque tras la marcha de Jordan y Pippen, su rendimiento fue a menos y terminó su andar en la NBA con pasos poco memorables en Los Angeles Lakers y Dallas Mavericks.
En 2011 fue inmortalizado como miembro del Salón de la Fama y de ahí volvió a estar en el centro de la polémica, luego de desvelarse su amistad con el dictador norcoreano Kim Jong-un, convirtiéndose en el primer estadounidense en reunirse con el polémico personaje como parte de una campaña para mejorar la percepción de Corea del Norte en el resto del mundo.
Ese es Dennis Rodman, un mito, una leyenda multicolor que adornó la NBA y los foros donde siempre dejó una imagen para recordar.